Victoria Delgado: “Me gusta la gestión de lo público y es un honor y un orgullo que me hayan llamado para este cargo; lo daré todo”
12/05/2018
El diario La Nueva España ha publicado una entrevista con la nueva secretaria general de la Delegación del Gobierno en Asturias, Victoria Delgado Camblor, que por su interés reproducimos a continuación.
Victoria Delgado es la nueva secretaria general técnica de la Delegación del Gobierno en Asturias. Con el nombramiento ha cumplido dos sueños: el suyo y el de su padre. Hace ahora treinta años, su progenitor le dijo: “Tienes que llegar a ser secretaria general técnica de la Delegación del Gobierno, porque es el máximo honor para un funcionario del Estado”.
A Victoria Delgado, ovetense de 58 años, licenciada en Derecho y funcionaria del Estado con plaza en la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, le propusieron ocupar el cargo el lunes de la semana pasada. Su padre falleció cuatro días después, pero, muy enfermo, no se enteró de la designación de su hija. Por eso el día que acudió a tomar posesión del cargo, ella elevó su mirada al cielo y se lo dedicó a quien asegura que ha sido la persona más importante de su vida.
El parque nacional.
“Fui directora del de los Picos de Europa de 2000 a 2004 y fue la etapa más feliz de mi vida profesional. Y eso que no me lo pusieron fácil y que fueron cuatro años intensos donde pasó de todo: cayeron puentes, cayeron variantes, quisieron hacer parkings bajo la explanada de la basílica de Covadonga, se hundió el “Prestige”... hasta derribaron las Torres Gemelas. Pero soy la fan número uno del parque nacional. Creo en él. Como ciudadana exijo a los políticos respeto para el Parque. Sé que su gestión es muy compleja, pero lo quiero como Reserva de la Biosfera y, en el futuro, como Patrimonio de la Humanidad. No me gusta cuando lo minusvaloran o lo ponen en tela de juicio. No podemos permitirnos el lujo de perder este Parque. Hay que conseguir la armonía entre la conservación y el desarrollo económico de la comunidad residente, que tiene que sentirse orgullosa de vivir en él”.
La sentencia de “la Manada”.
Como licenciada en Derecho respeto las decisiones de los jueces, aunque no son infalibles y unas veces están más afortunados y otras menos. Como mujer ese episodio me resultó muy virulento. Repugnante. Pero más que los jueces falló la legislación. De ahí que el Gobierno quiera modificarla. Cuando se aplica una norma y los resultados no son los que la sociedad exige hay que cambiarla. El Derecho va de la mano de la evolución de la sociedad, se nutre de la realidad social.
La función pública.
“Creo en la honradez, la disposición y la honestidad de los empleados públicos. Creo en el servicio público y tengo vocación de servicio público. Si volviera a nacer volvería a ser servidor público sin dudarlo. Me gusta la gestión de lo público y es un honor y un orgullo que me hayan llamado para este cargo. Lo daré todo. Llegó convencida y muy bien arropada, por un delegado del Gobierno, Mariano Marín, que es una persona muy cercana, razonable y templada, y un vicesecretario general, Víctor Berros, con un nivel de diez y volcado en hacerme la vida fácil”.
La Secretaría General Técnica.
“Es la intendencia de la Delegación del Gobierno y está en primera línea de actuación en áreas como la violencia de género, la seguridad ciudadana, las relaciones con las administraciones territoriales y con el personal, Trabajo, Inmigración y Extranjería, Sanidad... Aunque estas áreas dependen directamente de la Delegación del gobierno, la Secretaría General coordina. Una parte fundamental es la oficina de información y de registro, porque es la imagen de la Delegación y el nexo de unión con los ciudadanos, que son los que nos pagan y los que exigen conductas irreprochables y que se les faciliten sus tareas. La cercanía y la transparencia, la imagen amable de la Administración... son las líneas maestras que está impulsando el Gobierno de España. Y creo en ello”.
La política.
“Fui diputada en la Junta General y estoy muy agradecida por ello, pero no fui feliz. Lo di todo como diputada, pero el trabajo parlamentario me resultaba muy hostil. Llegué a la conclusión, dolorosa para mí, de que no servía para aquello. Trabajé mucho e hice las cosas razonablemente bien, pero no me sentía en mi medio. Era muy frustrante. Fue una época difícil. Soy gestora, no política”.
Los políticos.
“He discutido con mucha gente, porque es un trabajo muy duro, muy ingrato, muy desagradecido. Y ahora no se sabe apreciar. Admiro a esas personas que llevan desde los veinte años haciendo política. En la Junta General se trabaja mucho, muy intensamente y muy dignamente. Me indigna oír que los políticos son unos mangantes que viven del cuento, porque es mentira.