Acto de entrega de menciones honoríficas a personal de seguridad privada. Discurso del Delegado del Gobierno, Paulino Luesma Correas.

20/11/2007

Paulino Luesma
Delegado del Gobierno en la
C.A. del País Vasco
 
Vitoria-Gasteiz, 20 de noviembre de 2007
 
Miembros del Cuerpo Nacional de Policía, Personal de Seguridad Privada, señoras, señores buenos día a todos.
 
El Estado social y democrático de derecho pretende, a través de su ordenamiento jurídico, alcanzar la paz social para que los ciudadanos puedan gozar de sus derechos y libertades con seguridad. Para lograrlo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deben prestar un servicio público permanente dirigido a la protección de la Comunidad y del espacio de libertad, seguridad y Justicia a que todos aspiramos.     
                   
 La seguridad es un pilar básico en la convivencia de los ciudadanos, factor determinante de la economía y elemento de calidad de vida de los ciudadanos, cuya garantía constituye una actividad esencial de los Estados.
 
Aun diría más. La Seguridad constituye sin duda un concepto de progreso y de modernidad. La Seguridad de los ciudadanos se coloca en nuestra sociedad como elemento básico de nuestra libertad. De la Libertad colectiva. Una sociedad segura es una sociedad más libre.
 
Pero vivimos en un mundo global que ha cambiado los conceptos de espacio y tiempo, que ha facilitado la libertad de establecimiento y servicio y el desarrollo de una sociedad de la comunicación y la información. Desgraciadamente, esta situación también es aprovechada por los grupos terroristas, por las grandes mafias o grupos de delincuencia organizada (delitos contra el patrimonio, trafico drogas y armas, redes de inmigración ilegal, falsificación de moneda, delitos derivados de las nuevas tecnologías, etc.) y por la delincuencia común. Todo ello genera un aumento de la inseguridad objetiva, subjetiva y del riesgo.
 
Riesgo, que surge de las amenazas naturales, violentas o terroristas y supone daños humanos y materiales.
 
La acción de la delincuencia habitual, organizada o terrorista, ha supuesto un cambio en la gestión del riesgo y una nueva cultura de seguridad, en la que se pretende mayor participación activa de las Empresas de seguridad y de su personal así como de los Departamentos de Seguridad constituidos en empresas industriales, comerciales y  de servicios.
 
Por tanto, la seguridad, cuya garantía –insisto- constituye una actividad esencial de los Estados, no se ejerce de manera exclusiva por los mismos, sino que se da participación a otras instancias y agentes privados que, en las últimas décadas, han adquirido un gran desarrollo.
 
La ley 23/92, que regula la S. Privada y su Reglamento 2364/94, que la desarrolla, consideran esta actividad complementaria y subordinada a la seguridad pública
 
Sí bien la seguridad ciudadana es competencia y responsabilidad fundamental de los poderes públicos, la aparición de nuevos riesgos y amenazas y el consiguiente aumento de la demanda de seguridad por los ciudadanos motivan que el Estado busque la ampliación de su eficacia policial a través de la participación de las empresas y agentes privados.
 
En este marco, el Gobierno estableció como uno de los ejes de su política de seguridad interior la colaboración y coordinación con el Sector de la Seguridad Privada.
 
Así, entre los objetivos estratégicos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen marcados respecto a la Seguridad Privada, se pueden destacar, en primer lugar el de Intensificar la colaboración de la Seguridad Pública y Seguridad Privada y profundizar en la mejora de los procedimientos y coordinación con la seguridad privada. En su desarrollo se deben realizar las siguientes iniciativas:
 
Auxilio, colaboración y contactos fluidos entre los Jefes y Responsables policiales con los Jefes de Seguridad de las  Empresas y con los Directores de Seguridad.
 
Mantenimiento de reuniones periódicas con los departamentos de seguridad de las empresas, para el estudio y análisis de los hechos delictivos que más incida en el desarrollo de sus actividades.
 
Integración del Sector de la Seguridad Privada en la planificación ejecución y desarrollo de programas preventivos generales y específicos, en la parte que les afecte.
 
En segundo lugar, mejorar los canales de comunicación con todo el personal de seguridad privada.
 
Así, el pasado mes de Julio entró en funcionamiento un teléfono gratuito conectado a la Sala de Coordinación Operativa de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía, para facilitar el auxilio, y la colaboración de todo el personal de seguridad privada, en especial de los vigilantes de seguridad integrados en las Empresas de Seguridad.
 
Y en tercer lugar, participar en la profesionalización del Sector, para aumentar la calidad de los servicios,  a través de cursos, jornadas o conferencias y publicaciones periódicas, dirigidos a instruir, asesorar y formar al personal del Sector.
 
 
En resumen, debe haber una colaboración más estrecha entre la seguridad pública y la privada en aras de la seguridad global. La seguridad pública y privada son aliadas naturales en pro de la prevención y la garantía de la Seguridad.
 
Finalmente, deseo felicitar a los profesionales de la seguridad privada que han sobresalido en el cumplimiento de sus obligaciones, teniendo en cuenta en sus actuaciones la especial peligrosidad, penosidad, iniciativa profesional o trascendencia social, que les han hecho merecedores de las  MENCIONES que han recibido, y al resto del personal de seguridad privada como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para que el principio de colaboración este siempre presente en sus relaciones profesionales .
 
No quiero, sin embargo, acabar mi intervención sin hacer patente mi reconocimiento específico a aquellos profesionales que se han convertido en la garantía para que ciudadanos vascos amenazados por ETA puedan desarrollar su labor política, profesional, personal, con las suficientes garantías de libertad y de seguridad. Profesionales como Gabriel Ginés herido el pasado 9 de octubre en un atentado terrorista. Profesionales a los que el Gobierno de España apoya porque considera que su trabajo es fundamental para asegurar la libertad de aquellos a los que la banda terrorista ha colocado en su terrible diana. Banda terrorista contra la que, ese mismo Gobierno, trabaja sin descanso, con eficacia, con firmeza y con democrática determinación.
 
Hoy mismo el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en un operación conjunta, demostrando en el práctica su eficacia y profesionalidad, han desarticulado un grupo de apoyo a ETA en Navarra, deteniendo a 5 personas. Demostrando, en fin, que en nuestro Estado de Derecho, los terroristas, los violentos, además del rechazo, de la repulsa de los ciudadanos sólo pueden aspirar a ser detenidos y juzgados. Ningún acto terrorista puede quedar impune. Todos y cada uno serán finalmente castigados. Con la Ley en la mano.
   
 
 
Muchas gracias.