Discurso de toma de posesión de Mikel Cabieces como Delegado del Gobierno en la C.A. del País Vasco

07/05/2008

Vitoria-Gasteiz, 7 de mayo de 2008
 
 
 
 
Euskal Herriko Autonomia Erkidego honetako Gobernuaren Ordezkaria izanik, nire lehenengo hitzak ongietorri eta esker onekoak izan nahiko nuke.
 
Quisiera que mis primeras palabras como Delegado del Gobierno en esta Comunidad Autónoma del País Vasco fueran de bienvenida y de agradecimiento. Me honra sobremanera compartir con todos ustedes unos momentos que me llenan de satisfacción y de orgullo. El orgullo de representar al Gobierno de España en Euskadi, cuya confianza agradezco especialmente.
 
Me van a permitir que me refiera a mi Pueblo. A Portugalete. Una Villa magnífica cuyos habitantes me han confiado en los últimos años la responsabilidad, el gran reto, de asumir su gobierno que, a partir de ahora queda, seguro, en mejores manos.
 
Provengo pues de la vida municipal, de la gestión a pie de calle. Del día a día más cercano y sentido por las personas. Y, como considero que las corporaciones locales constituyen la mejor universidad donde aprender lo que es el servicio público, creo que los valores que las impregnan son los que me gustaría que se reconocieran en el desempeño del cargo de Delegado del Gobierno.
 
Valores que no son otros que la proximidad, la cercanía a los problemas de los ciudadanos, a sus inquietudes. También a sus quejas. Valores como la cooperación interinstitucional. Nuestro entramado institucional y competencial no puede convertirse en una rémora para los ciudadanos ni mucho menos en una suerte de disculpa para no solucionar debidamente sus problemas. La Administración está al servicio de los ciudadanos que nos exigen soluciones y servicios.
 
Es por ello que deseo y apuesto por la mejor y la mayor de las colaboraciones y de las relaciones con el resto de instituciones vascas y, especialmente, con el Gobierno Vasco y con su Departamento de Interior para, desde ella, contribuir a garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos vascos. Relación que asimismo, como no puede ser de otra forma, buscaré con las Diputaciones y los Ayuntamientos.
 
Y también respeto. Respeto que proviene de la legitimidad democrática que todas las instituciones tenemos por igual y que nos viene dada por nuestro ordenamiento jurídico, nuestro Estatuto de Autonomía y nuestra Constitución.
 
Creo sinceramente que nos toca vivir una época especialmente ilusionante en la que la actuación del Gobierno de España, es decir de la colaboración de todos los españoles, va a tener una gran importancia en el desarrollo económico y social del País Vasco, en el bienestar de todos nuestros conciudadanos.
 
Una actuación del Gobierno de España clave y fundamental en el desarrollo de nuestras infraestructuras de transporte, como el proyecto de alta velocidad ferroviaria, en el campo de la innovación, de la ciencia, de la regeneración urbana, la cultura, los equipamientos…. transmitiendo siempre valores de igualdad, tanto en las políticas de género, como en las de oportunidades para todas las personas.
 
Todo ello supone para mí un acicate en el desempeño de la función que me ha sido encomendada, mayor si cabe por el nivel de exigencia que se deriva del amplio apoyo social que el Gobierno, al que me honro en representar, y su proyecto político, han merecido en las últimas elecciones generales, uno de los mayores de los que ha disfrutado un gobierno a lo largo de nuestra  historia democrática en Euskadi.
 
Decía antes que la proximidad, la cercanía, es una de las señas de identidad que me gustaría mantener tras mi paso por la vida municipal. Y si hay alguien merecedor de nuestra cercanía y apoyo son las víctimas del terrorismo. Personas de carne y hueso. Con una historia de sufrimiento y, durante demasiado tiempo, de olvido. El mismo calor y cercanía que quiero transmitir a los guardias civiles, los policías y los ertzainas que garantizan nuestra seguridad que es nuestra libertad.
 
Que jamás dejen de sentir nuestro agradecimiento, nuestro cariño y nuestro afecto.
 
No quiero en este momento olvidarme de mis compañeros hasta este último domingo. De los concejales y concejalas que junto a periodistas, profesores, empresarios, jueces y muchos más estáis escribiendo en la historia de Euskadi una página épica en la defensa de las libertades en detrimento de la vuestra y que lo estáis haciendo con el amargo tributo, en ocasiones, de la propia vida. No tengo palabras para ellos y sus familias, la de todos los Isasías Carrasco y los Alfonso Parada que, desgraciadamente, tenemos en Euskadi. A todos, mi homenaje sincero.
 
Pero me revelo con que adquiera carácter de habitualidad lo que, y permítanme que tome prestada esta cita, no es sino la constatación “de que en Euskadi el conflicto por excelencia, aquel que exige la absoluta prioridad política y social, es la existencia de un movimiento totalitario que defiende un modelo de país que pasa incluso por la eliminación física de aquellos que no piensan como ellos”.
Todos saben que me refiero a ETA y todo lo que representa.
 
Termino poniendo en valor la labor desarrollada durante estos cuatro años por Paulino Luesma al frente de esta casa. Paulino, estoy convencido que te llevas el cariño y el agradecimiento de todos que, además, te deseamos la mejor de las suertes en cualesquiera que sean los proyectos que, a partir de ahora, te dispongas a afrontar.
 
En fin, no quiero alargar en exceso mis palabras pero sí me gustaría concluirlas solicitando vuestro apoyo para llevar a cabo este ilusionante cometido. Un apoyo que agradezco de antemano porque sé seguro que dispongo de él.
 
Muchas gracias a todos.