La Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Santander acuerdan una solución para la estabilización de las playas de La Magdalena y Peligros
14/05/2012
Samuel Ruiz e Íñigo de la Serna se reunieron esta mañana para ultimar el proyecto definitivo. El proyecto se terminará de redactar durante este mes de mayo para posteriormente someterlo a los trámites administrativos previos a la licitación de las obras
El delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, y el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, acordaron esta mañana el proyecto definitivo para la estabilización de las playas de la Magdalena-Peligros.
En el transcurso de una reunión, en la que el delegado y el acalde estuvieron acompañados por la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santander, María Tejerina, el director de la Demarcación de Costas en Cantabria, José Antonio Osorio, y el director del área de Fomento de la Delegación, Benjamín Piña, Ruiz y De la Serna coincidieron en destacar la necesidad de acometer esta actuación, en el menor tiempo posible, de tal manera que el proyecto se pueda terminar de redactar a lo largo del presente mes de mayo para después someterlo a los diferentes trámites administrativos previos a la licitación de las obras.
En concreto, el delegado y el alcalde anunciaron que, una vez finalizada la redacción del proyecto, y tras el informe de supervisión que requiere en aplicación de la Ley de Contratos del Sector Público, la solución prevista se someterá, junto con el estudio de impacto ambiental, a un periodo de información pública que servirá, con el informe del resto de administraciones públicas, para la Declaración de Impacto Ambiental que debe realizar el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En caso de que la declaración sea favorable, se podrá proceder a la licitación de las obras.
Antecedentes de actuación
La playa de La Magdalena-Peligros es una playa muy utilizada por su singular orientación sur y se enmarca en el entorno turístico-académico del Palacio de La Magdalena. Sin embargo, no es una playa natural y su configuración actual se produjo por los vertidos de arena realizados por la Autoridad Portuaria en los años 80. Por su contorno, la playa no es estable y todos los años requiere de un mantenimiento que lleve las arenas acumuladas frente al Museo Oceanográfico a la zona de erosión situada en el entorno del Balneario.
Con objeto de evaluar las obras necesarias para minimizar estas costosas labores de mantenimiento, la Universidad de Cantabria elaboró un estudio con todas las posibles alternativas que fue sometido a la consideración de la ciudadanía, a través de una exposición en la plaza Porticada, conferencias y una encuesta. La opinión mayoritaria fue la de mantenimiento de la playa con las necesarias obras de estabilización.
Conforme a la tramitación ambiental a la que debe someterse el proyecto, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental resolvió que el proyecto debía ajustarse al procedimiento reglado de Evaluación de Impacto Ambiental y determinó el alcance de los estudios específicos que debían realizarse.
Características de la actuación prevista
El delegado y el alcalde anunciaron al término de la reunión que, una vez concluidos los estudios ambientales requeridos, se ha determinado una solución de estabilización de la playa, que consistirá en la realización de dos espigones: uno al oeste, sumergido, que nacería de una pequeña ampliación del final del malecón (donde se sitúa el aparcamiento, paralelo a la playa) y que tendrá como función el evitar la fuga de arena de la playa hacia la zona portuaria y el otro, perpendicular a ésta, (donde se sitúa el actual embarcadero), con el fin de evitar la acción del oleaje que inicia el proceso de erosión.