El Delegado del Gobierno fue invitado a la inauguración de la Estación Marítima sólo dos horas antes del acto.

17/03/2009

El Presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, equivoca los términos cuando intenta responsabilizar al Delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, del enfado de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por no haber sido invitada al acto de inauguración de la nueva Estación Marítima.
Imbroda obvia lo más importante. Es difícil que el Delegado del Gobierno pueda proponer a la titular de la cartera de Fomento asistir a un acto del que llega a tener conocimiento de su existencia sólo dos horas antes de su comienzo y, difícilmente, puede cursar esta invitación a Magdalena Álvarez sin ser el anfitrión de la ceremonia, que dicho sea de paso, ni siquiera contemplaba la intervención del representante del Ejecutivo en Melilla ni su firma en el acta de la misma.
 
 Imbroda sabe que el 27 de noviembre del año pasado el Secretario de Estado de Transportes, Fernando Palau, le remitió una carta en la que le trasladaba el malestar existente en Puertos del Estado por haber organizado la inauguración de la Estación Marítima sin coordinación previa con el Ministerio de Fomento, que tuvo noticia del acto el día 19, dos antes de su celebración, mediante un fax enviado por el Presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla al Presidente de Puertos del Estado.
 El Secretario de Estado le recuerda que el Puerto de Melilla está gestionado por la Autoridad Portuaria que, pese a su autonomía, es un organismo del Estado adscrito a Ministerio de Fomento.
 Insiste Palau en que esta adscripción hace necesario, por un principio de lealtad institucional mutua, que este tipo de actos sean acordados con suficiente antelación entre ambas instituciones. También le recuerda a Imbroda que la obra de la Estación Marítima está cofinanciada con fondos comunitarios asignados a España y aplicados al puerto de Melilla por decisión del Gobierno Central que, además, es el que nutre de forma sistemática a la Autoridad Portuaria para su funcionamiento e inversiones de recursos procedentes del conjuntos del sistema portuario estatal.
 
El PP se jactaba del proyecto de la Estación Marítima, pero, ahora que los vientos no le son favorables, comienza a echar balones fuera y culpar a aquellos a los que ha venido ninguneando a lo largo del proceso.