Carta de Mariano Rajoy a Carles Puigdemont

Carta de Mariano Rajoy a Carles Puigdemont

16/10/2017

"Estimado President:

Lamento profundamente  que haya decidido Ud., como Presidente  de la Generalitat  y como representante ordinario del Estado en Cataluña,  no  contestar  el requerimiento remitido el pasado 11 de octubre y, por lo  tanto,  no  aclarar  el  extremo de si alguna autoridad de la Generalitat ha declarado la independencia de Cataluña.

Esta es una aclaración absolutamente necesaria. No sólo el Gobierno de España, sino todos los catalanes, tienen derecho  a saber con certeza  si su declaración  del  10 de octubre de 2017 ante el Pleno del Parlamento o la firma posterior de un documento redactado en términos inequívocos, implican la declaración de independencia, al margen de que ésta se encuentre  o no en  vigor.

Espero que en las horas que quedan hasta  que  se  cumpla  el  segundo  plazo  del  citado requerimiento responda con la claridad que todos los ciudadanos exigen y  el derecho  requiere.  Prolongar  esta  situación  de  incertidumbre  solo  favorece   a aquellos que pretenden liquidar la concordia cívica e imponer un proyecto radical y empobrecedor para Cataluña.

Ciertamente, el requerimiento que yo le envié supone el paso  previo  al procedimiento establecido en el art. 155  de la Constitución  que,  en contra de lo que usted afirma, no implica la suspensión del autogobierno,  sino la restauración de la legalidad en la autonomía. Pero, ante todo, el  requerimiento  es  una oportunidad para reconducir el grave deterioro de la convivencia que se vive en Cataluña, para que la Generalitat vuelva a la ley y, a partir de ahí, se recupere la normalidad  institucional  entre administraciones. La  vuelta  de la legalidad,  previa para cualquier diálogo  democrático,  se refiere  al orden constitucional pero  también al Estatuto de Autonomía de Cataluña y sus normas de desarrollo, que  han  resultado gravemente lesionados por las actuaciones de su Gobierno en las últimas semanas.

Asimismo, el requerimiento remitido constituye una  llamada  a la claridad  política, para que todos los ciudadanos de Cataluña y del resto de  España  sepan  con certeza cuál es la situación institucional entre la Generalitat de Cataluña y las Instituciones del Estado. El Presidente de la Generalitat no puede tratar así a los ciudadanos en un tema de tanta importancia. Tiene la obligación  de explicarles  qué ha pasado y si su voluntad es cumplir  o no las leyes  vigentes.

No puedo aceptar en modo alguno la existencia de eso que  usted  denomina "conflicto histórico  entre  el Estado Español y Cataluña". Nunca en toda su historia  los ciudadanos de Cataluña han gozado de más libertades, de más  autonomía política y financiera que durante esta etapa democrática. El  único  conflicto  que existe en este momento en Cataluña es  un  conflicto  de  legalidad.  Y  sólo poniéndole fin podremos abordar las  cuestiones  que  realmente  afectan  y preocupan  al conjunto de los catalanes.

No es mi voluntad generar nuevos escenarios de controversia, por lo que no voy a comentar los supuestos resultados de una consulta que nunca ha sido válida, ni puedo, como Presidente del Gobierno de España, interceder, ni siquiera valorar, las actuaciones de otros  poderes  del Estado.  Le recuerdo  que todos  estamos  sujetos al imperio de la ley y obligados a respetar o acatar las  resoluciones  de  los tribunales. Esa es  nuestra  obligación  como  gobernantes  en  un  régimen democrático basado en la primacía de la ley y la separación de  poderes.

Quiero aprovechar, sin embargo, su referencia a la Unión Europea, para recordarle que tanto las  instituciones  comunitarias  como  los  gobiernos  de  los  distintos estados miembros han expresado con rotundidad su posición contraria a la independencia y a la ruptura del principio de legalidad. No olvide que el Estado de Derecho y el imperio de la ley son principios fundacionales de la Unión Europea, así como también lo es el respeto a la integridad territorial de los estados que la conforman.

Las últimas actuaciones adoptadas por usted y su Gobierno están generando una importante fractura en la sociedad catalana, así como una enorme incertidumbre económica que pone en riesgo el bienestar de los ciudadanos. Le recuerdo que algunas agencias de calificación ya están planteando la posibilidad de que Cataluña caiga en recesión si se prolonga  esta situación de  inestabilidad.

No resultan creíbles sus llamamientos al diálogo en nombre del conjunto  de Cataluña, cuando usted se niega a hablar con una parte importante de dicha  sociedad a través de sus legítimos representantes que, siendo -como usted dice-­ menos en número de escaños, representan -como usted  oculta-  a  un  mayor número de ciudadanos en votos. En cualquier caso, le recuerdo que, al margen de porcentajes, uno de los indicadores que definen la calidad de una democracia es el respeto  a la oposición.

Yo, por mi parte, creo poder hablar en nombre, no solo del Gobierno  y  del partido que le apoya, sino también de una gran mayoría de representantes del  pueblo español, como se evidenció en el pleno del  Congreso  del  pasado  día  11  de octubre, que sin  duda usted  conoce. Allí se confirmó  el  apoyo  a  las  actuaciones del Gobierno en defensa de la legalidad. Además, se  brindó  un  espacio parlamentario para el diálogo entre todas  las  fuerzas  políticas,  incluida  por supuesto, la suya. Este marco, que tiene un apoyo  mayoritario,  es el mejor  y  el  más eficaz para el diálogo que usted reclama y en él pueden abordarse algunas de las demandas que usted ha venido planteando  y  que, como  le he explicado  todas las veces que ha querido dialogar conmigo,  exceden con mucho mis competencias. Le invito de nuevo a comparecer ante el Parlamento y  trasladar  sus  demandas  a los legítimos representantes de la soberanía nacional, que son los únicos  que  pueden entender de las mismas.

Le recuerdo, una vez más, que aún tiene margen para contestar de forma clara y sencilla al requerimiento que le remití el pasado miércoles. Sigue estando  en  su mano abrir un nuevo periodo de normalidad y lealtad  institucional  que  todo  el mundo le está reclamando.  En caso contrario,  será Usted  el único responsable  de la aplicación  de la Constitución.

Atentamente,

Mariano Rajoy Brey"