El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha concluido la restauración del conjunto de orfebrería de la catedral de Girona

27/11/2015

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) ha concluido la restauración del conjunto de orfebrería de la catedral de Girona integrado por el baldaquino, el retablo, cuatro columnas y dos cruces procesionales. La intervención, promovida por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), se ha realizado en el plazo de once meses y ha supuesto una inversión de 110.297,55€. Paz Navarro, conservadora y restauradora del IPCE, ha llevado la dirección técnica.

La intervención se llevó a cabo in situ y constó de dos fases. La primera fue el estudio y análisis de las piezas por técnicos del IPC, que utilizaron las herramientas adecuadas para no desmontar el conjunto. Obtuvieron imágenes multiespectrales (luz polarizada, luz rasante, fotografía infrarroja y con luz ultravioleta) e imágenes radiográficas, lo que determinó el conocimiento de la estructura compositiva y sus alteraciones, los posibles artistas orfebres y las técnicas con las que lo fabricaron. La segunda fase correspondió a la intervención directa sobre las obras.

Las piezas más sobresalientes de este conjunto son el retablo y el baldaquino, ambos datados en el siglo XIV y atribuidos al Mestre Bertomeu y a Pere Berneç. El retablo, considerado obra maestra de la orfebrería gótica, está realizado con plata y plata dorada sobre alma de madera, enriquecido con gemas, repujados y estampillados, así como por unos magníficos esmaltes traslúcidos. El baldaquino tiene estructura de bóveda, en forma de vela, dividida en cuatro segmentos por aristas que se cruzan diagonalmente. Las columnas originales sobre las que se sustentaba, sustituidas por reproducciones similares, se conservan en las dependencias de la catedral y fueron incluidas en el proyecto de restauración.

Completan el conjunto las cruces procesionales de las Cofradías y la de los Esmaltes, ambas del siglo XIV, realizadas en plata, plata dorada y alma de madera. La de las Cofradías es una cruz patada que recuerda en su composición la forma románica, con grandes medallones circulares colocados hacia las terminaciones de los brazos. Contiene la figura exenta de Cristo crucificado en el anverso junto a la representación de los cuatro evangelistas, todo ello ornamentado con cabujones de gemas y vidrios que forman dibujos geométricos repartidos por toda la cruz, incluso en los medallones del anverso. La cruz de los Esmaltes es de perfil de flor de lis, su contorno está ornamentado con trifolios de fundición que imitan las cresterías góticas y está decorada con esmaltes y policromía.