Las infracciones en el transporte de la campaña del tomate en la provincia de Badajoz disminuyen un 23,2%

Las campañas de concienciación sobre el transporte de tomate están mejorando la seguridad.

06/07/2017


• Las campañas de información y control puestas en marcha en los últimos años provocaron un menor número de incidencias en las carreteras durante el pasado verano

• La Jefatura Provincial de Tráfico y la Guardia Civil han informado hoy al sector de las medidas que se van a tomar ante el inminente inicio de la nueva campaña


La subdelegada del Gobierno en Badajoz, Pilar Nogales, ha presidido hoy la reunión que con carácter anual se celebra en la Delegación del Gobierno para informar a todo el sector agroindustrial del tomate (Junta de Extremadura, organizaciones agrarias, cooperativas, transportistas, cargadores, etc.) de las medidas que va a poner en marcha de forma inminente la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con motivo del inicio de la campaña de este producto, que se prolonga hasta el mes de septiembre.

Pilar Nogales ha trasladado que –según los informes de la Guardia Civil- se han reducido considerablemente las denuncias en el pasado verano con respecto a años anteriores, “lo que demuestra que las campañas de información y concienciación que viene realizando de forma continua la Delegación del Gobierno comienzan a dar sus frutos de una manera muy importante con el objetivo de mejorar la seguridad vial en nuestras carreteras”.

En concreto, el año pasado se realizaron 376 denuncias a vehículos que realizaban el transporte de tomate en la provincia de Badajoz, de los cuales 74 se produjeron por exceso de peso, 65 por el mal estado de los neumáticos o 63 por vertido de líquidos, entre otras irregularidades. Sin embargo, el verano anterior, el del año 2015, el total de las denuncias había ascendido a 490. Es decir, se redujo el número de infracciones denunciadas en un 23,2%.

Además, no se produjeron inmovilizaciones de vehículos por incidencias graves aunque se produjeron cinco siniestros, todos ellos en el mes de septiembre, provocados por una caída de carga, un reventón de neumático, la velocidad inadecuada, vuelco y daños de banda de rodadura.

La subdelegada también ha destacado la gran colaboración que prestan las asociaciones agrarias, cooperativas, empresas transformadoras así como las asociaciones profesionales de cargadores y transportistas, “cada vez más concienciadas en establecer medidas de seguridad en el inicio de cada transporte”. Al sector se le convoca para trasladarle toda la información antes de que arranque la campaña para que adopten medidas preventivas y eficaces.

Pilar Nogales ha explicado que la media de previsión de transportes de tomate cada día es de aproximadamente 2.000 para un total de unos 100.000 movimientos a lo largo de toda la campaña. Las principales vías en la provincia de Badajoz donde se producen estos transportes son en la Autovía A5 (Suroeste) y las carreteras N-V, N-430 y BA-20 a través de camiones, camionetas o tractores agrícolas con remolques.

Como otros años, se ha pedido al sector que instale en los vehículos de transporte - en la medida que puedan- cubas de fibra de vidrio pues así se evita mejor el vertido y que realicen un mantenimiento óptimo y constante del transporte. La Guardia Civil ha informado que la responsabilidad de los vertidos, en última instancia, es imputable al transportista.

En el caso de que existiera un riesgo evidente de vertidos, y no se puedan adoptar medidas para evitarlo, los agentes de la Guardia Civil tomarán la decisión extrema de inmovilizar la mercancía, aunque si el riesgo es menor podrán acompañar al transportista hasta el destino de la carga, donde se recogerá la cubeta.

De ahí que la Guardia Civil vigile, sobre todo, la revisión de las cubetas, las lonas y las redes para evitar el derrame del líquido.

El principal riesgo radica en que con el paso de los días van apareciendo manchas y suciedad en las vías procedentes de vertidos de tomates o de jugo de los mismos debido al aplastamiento por su propio peso en las cubetas o remolques utilizados para su transporte.

Esto conlleva resultados muy negativos para la normal circulación de todos los vehículos por estas vías, como la ocultación de marcas viales o el riesgo de adherencia entre el neumático y el pavimento que pueden provocar el aumento de las distancias de frenado, y, en general, el consiguiente riesgo de pérdida de control del vehículo.