La intensa presión migratoria sobre Melilla se salda con una nueva entrada de 14 inmigrantes subsaharianos

09/01/2015

Melilla sigue sometida a una intensa presión migratoria sobre su valla fronteriza. Esta madrugada, un grupo de unos 300 inmigrantes subsaharianos ha intentado desde las 04.00 horas aproximarse al vallado perimetral que nos separa de Marruecos.
La efectiva coordinación de las fuerzas marroquíes con el dispositivo anti-intrusión desplegado por la Guardia Civil, una vez se avistó al grupo bajando desde los asentamientos de inmigrantes del Monte Gurugú, ha impedido no obstante que el grupo llegara a la valla.
De hecho, el grupo quedó a unos quinientos metros del vallado entre Melilla y Marruecos en torno a las 08.00 horas, en que fue interceptado por las fuerzas marroquíes.
Sin embargo, la extrema presión migratoria sobre la ciudad no ha quedado en este último intento de salto masivo.
En torno a las 11.00 horas de esta misma mañana, 14 inmigrantes, también de origen subsahariano, han logrado vulnerar la valla por la zona norte de la Ciudad.
Los inmigrantes ya se encuentran en el CETI.
Estos últimos sucesos en la frontera de Melilla ponen de manifiesto, una vez más, la complicada cualidad de la presión migratoria que desde hace años viene sufriendo la Ciudad Autónoma.
El pasado 2014 se contabilizaron más de 70 saltos masivos a la valla de Melilla, y más de 22.000 intentos individualizados de vulnerarla de forma organizada y mediante asaltos a la fuerza de la frontera sur de Europa. Si bien, fueron unos 2.100 los que consiguieron traspasar el perímetro y entrar en territorio melillense.
Las últimas entradas se sucedieron los días 30 y 31 del pasado mes de diciembre, en que un total de 156 subsaharianos accedieron a la ciudad por el procedimiento del asalto masivo y organizado a la valla melillense.
Desde la Delegación del Gobierno, su titular, Abdelmalik El Barkani, insiste en que “este modelo de inmigración, basado en la vulneración de la frontera sur de Europa mediante asaltos masivos y a la fuerza, no es admisible y no es, en ningún caso, un modelo ante el que tengamos que resignarnos”.
El Barkani recalca por ello que es preciso promover una inmigración ordenada, favorable a los propios inmigrantes y a sus posibilidades de regulación e inserción en Europa, al par que rotundo contra las mafias que trafican con seres humanos y que alientan y promueven este modelo de inmigración conflictivo y peligroso para los propios inmigrantes.