Javier De Andrés: “Cualquier nuevo acuerdo estatutario debe de cumplir el requisito de la igualdad entre españoles”

30/05/2018

  • El Delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier De Andrés, imparte hoy una conferencia en la Sociedad El Sitio de Bilbao con el título “Carlismo y Liberalismo. Reacción y Progreso”
  • “Los vascos siempre hemos sido celosos de nuestro autogobierno, pero sabemos que nuestro espacio está dentro de España”
  • “El futuro debe ofrecer más libertad, no añadir nuevos condicionantes identitarios o territoriales”

El Delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier De Andrés, ha pronunciado hoy una conferencia en Bilbao invitado por la Sociedad El Sitio, en la que se ha referido al pasado y a la actualidad política en Euskadi. De Andrés ha enmarcado su intervención en torno a la idea de Carlismo y Liberalismo; Reacción y Progreso, que, a su juicio, son las dos líneas ideológicas principales que se han debatido en las provincias vascas desde la expansión de los ideales revolucionarios a principios del siglo XIX.

Para De Andrés, “la identidad española no solo no era un problema antes de la Revolución Francesa sino que se defendía una calidad de español que hacía a los vascos contar con hidalguía de origen. El modelo del Antiguo Régimen no generó jamás ningún conflicto identitario entre los vascos, que sentían una profunda adhesión a la Corona de España. Los problemas surgieron cuando la Constitución de Cádiz de 1812 pretende establecer un Estado de ciudadanos libres e iguales en los que un poder representativo del conjunto de la nación tiene jerarquía sobre todos ellos, sin hacer distinciones de ninguna clase”.

“Hoy nos encontramos con una discusión que se parece mucho a la que hubo en los siglos XIX y XX, que es la de que la pertenencia a España no tenga consecuencias de igualación a todos los efectos y que aspira a lograr un trato diferente al del resto de los españoles. La distinción entre “ciudadanos vascos” y “nacionales vascos” que se ha propuesto en el parlamento es lo más parecido a la idea de hidalguía que puede plantearse en el siglo XXI”

Para De Andrés, “la búsqueda de una relación particular que separe el concepto de ciudadano vasco del conjunto de los ciudadanos españoles es una muestra de la continuidad de la divergencia entre liberalismo y carlismo, de progreso y reacción política, hasta el punto de que parece asomar un neocarlismo en el que la condición originaria e identitaria de las personas está por encima de su condición de ciudadanos”.

Sin embargo, para el representante del Gobierno de España en el País Vasco, cualquier acuerdo que se quiera sacar adelante para sustituir al actual Estatuto de Autonomía debe aceptar que en las sociedades modernas son los ciudadanos quienes están por delante de sus circunstancias culturales o identitarias y que su dignidad no guarda relación con su pertenencia a un pueblo. Necesariamente, cualquier acuerdo estatutario debe de cumplir el requisito de la igualdad entre españoles”.

De Andrés ha dicho que “sostener la idea de nación en términos de identidad socio-cultural es un atraso de siglos ante la idea de nación como conjunto de ciudadanos libres e iguales, que es lo que se pretende en Europa desde hace más de 200 años”. “En Euskadi, como en todo España y en todo Europa, no se puede exigir la identidad como requisito de nacionalidad, entre otras cosas porque la pluralidad es manifiesta como lo demuestra que el español sea la lengua mayoritaria o que uno de cada cuatro niños vascos recién nacidos sea hijo de una madre extranjera.”

Por ello, De Andrés ha defendido “una proyecto liberal, tanto de la idea de nación como de la idea de ciudadano, que queda a mucha distancia de lo que pretendió el Carlismo como reacción a la idea constitucional de los estados modernos”.

“Nuestra historia, la de los vascos, ha sido la de nuestra pertenencia a España con un sistema propio de autogobierno, antes foral, ahora autonómico. Nuestro futuro debe de estar en esas mismas claves, pero siempre desde unos criterios básicos de libertad e igualdad que lo hagan compatible con la modernidad. Aspirar a reeditar fórmulas superadas por los tiempos es un fenómeno reaccionario que carece de futuro y nos abocaría a la frustración”.