El poder local en España: una sociedad demográficamente urbana, en un país geográficamente rural

11/08/2004


  • El 85% de los 8.109 ayuntamientos tiene menos de 5.000 habitantes
  • 28 millones de habitantes, dos de cada tres, viven en España en municipios de más de 20.000 ciudadanos.
  • Una de cada tres de las mancomunidades existentes no registra actividad alguna en los tres últimos años

El Ministerio de Administraciones Públicas, cuyo titular es Jordi Sevilla, trabaja en la elaboración de un nuevo marco competencial de los entes locales como una de las prioridades para esta Legislatura.

El objetivo es dotar a los ayuntamientos de las competencias y de los  recursos financieros suficientes para prestar servicios que en muchos casos han venido realizando de facto durante los últimos 25 años.

Para tal fin, el Libro Blanco para la Reforma del Régimen Local constituirá el ámbito adecuado para la reflexión y la propuesta de un nuevo escenario del poder local.

Previamente, el Ministerio ha analizado las cifras del último padrón, correspondiente a 2003, para extraer una radiografía del estado actual de los municipios españoles.

La conclusión es evidente: el mapa local español está muy fragmentado y fuertemente desequilibrado, lo que nos conduce a la paradoja de que España es una sociedad mayoritariamente urbana, en términos demográficos, en un país mayoritariamente rural, en términos geográficos.

Así, el 85,15% de los 8.109 municipios existentes (unos 6.905) tienen menos de 5.000 habitantes, y sólo 57 (es decir, el 0,7%) cuentan con más de 100.000 habitantes.

Por el contrario, los municipios de más de 100.000 habitantes representan más de 17 millones de habitantes, es decir el 40,5% de la población española, y los de más de 20.000 habitantes, combinados con los anteriores, acumulan más de 28 millones de habitantes, el 66,13% de la población española.

Este fraccionamiento del mapa municipal, junto al frecuente desencuentro
entre las Comunidades Autónomas y las Diputaciones, estarían detrás del retraso en el desarrollo del poder local, dentro del proceso de descentralización del Estado español.

Se necesita por tanto alguna forma de asociacionismo municipal que
introduzca economías de escala para que la subsidiaridad sea efectiva. Dicho de otra manera, para que la devolución del poder a los municipios sea efectiva, hacen falta estructurales supramunicipales fuertes.

Hasta ahora, las estructuras existentes para tal fin (diputaciones, cabildos, comarcas, consejos insulares, mecanismos de gobierno metropolitano) no siempre han conseguido el objetivo deseado.

En el caso concreto de las mancomunidades, su crecimiento ha sido continuo durante la democracia. De las 165 existentes en 1978 hemos pasado a 1.003 en 2004.     Sus fines son múltiples, desde el planeamiento urbanístico, hasta las infraestructuras viarias urbanas, pasando por el abastecimiento de agua, el saneamiento y la depuración, la recogida y eliminación de residuos urbanos, o el alumbrado público.

Sin embargo, un reciente informe elaborado por el Ministerio de Economía y Hacienda, revela que 350 (un 34%) de esas 1.003 mancomunidades no han presentado sus presupuestos en los tres últimos años, es decir, carecen en realidad de toda vida activa.